Barbarie o tal vez desligamiento

Aprovecho para presentarme y presentar una reflexión que me invadía la otra noche:
Soy Guardia91, de apellido Guardia y de nombre Fernando. Descubría la página no hace un mes y creo que ya he leído todo lo publicado en ella. Aúna un espíritu realista y crítico con una de mis grandes pasiones como es la bicicleta, así que ¿qué más se puede pedir?
Un saludo.

La política, o mejor dicho la clase política, cada día deja más muestras de su verdadero valor. La exaltación del valor ideológico en la toma de decisiones, es promulgada a los cuatro vientos por unos y otros, da igual al grupo al que pertenezcan, derecha o izquierda pepé o pesoe, andaluces, valencianos o como en este caso catalanes.
Amanecíamos el otro día con la noticia de que para paliar el enorme aumento que han experimentado los jabalíes en la sierra de Collserola (se ha multiplicado en los últimos años el número llegando a protagonizar incidentes en la zona urbana de Barcelona), la Generalitat había autorizado la caza de los gorrinos por medio de un mecanismo algo “rústico”, aparte de muy poco productivo, el arco y la flecha. Este programa piloto, que debería aplicarse de manera excepcional y por tiempo limitado, se habría puesto en marcha este mes de febrero, digo se habría puesto en marcha, porque finalmente ante las presiones de grupos ecologistas, la propuesta ha sido rechazada en el Parlament.
Han sido los grupos ecologistas quienes han puesto el grito en el cielo, pero pudiera haber sido cualquier grupo a favor de los principios y en contra de la hipocresía.

Independientemente de la salvajada que pretendía aprobar la Generalitat, la decisión es flagrantemente hipócrita, porque el pasado verano de 2010, a bombo y platillo se suprimía las corridas de toros para evitar el sufrimiento de los animales y paliar la barbarie. Todos recordamos los abrazos entre los diputados catalanes ante la abolición de las corridas, las protestas a las puertas del Parlament , y como medios de comunicación de medio mundo, hacían de esta votación todo un producto mediatizado.
No soy de creer en que las corridas de toros se hayan prohibido en Cataluña por el mero hecho de ser un elemento característicamente español, simplemente considero que han sabido identificar lo que se trata a mi juicio, de un espectáculo sangriento, cruel y grotesco.
Pero es que realmente todo apunta a que la clase dirigente catalana está llevando a cabo una serie de actos en defensa de la identitat catalana y en busca de un desligamiento cada vez mayor de todo aquello que se pueda identificar con España (qué mejor que su fiesta nacional).

El día que se conoció la noticia de la aprobación de la caza de cochinos en Collserola, la sorpresa de los grupos ecologistas, solo era comparable al pasmo que experimentaban los grupos en defensa de la tauromaquia.
Como digo, algún político de turno tuvo la brillante de que la mejor forma de eliminar la superpoblación de marranos en la sierra de Collserola era siguiendo el ejemplo de nuestros antepasados. No creo ni que se plantearan que era más sencillo capturarlos de un modo más humano y una vez hecho esto, tomar la determinación oportuna, ahí ya no entro, siempre y cuando no vuelvan a incurrir en actos crueles.
Atendiendo a la votación que se produjo el verano pasado, vemos que la mayoría de los diputados nacionalistas se decantaron por el sí a la prohibición, esto hace saltar de nuevo la pregunta de si se trata de una concienciación meramente ecologista y a favor del derecho de los animales (que seguro estoy de que los hubo) o de si se trata de una elección meramente ideológica cuyo propósito no es otro que alejarse del castizo gusto español.
Hasta ahí, habría que ser un tanto retorcido para incurrir en la idea de que la abolición solo respondía a criterios separatistas, no obstante, esta teoría toma algo más de forma cuando a la ecuación se le sumamos que tan solo dos meses después de la votación que acabó con las corridas de en Cataluña, se blindaron los correbous.
Los ya mencionados correbous, son festejos taurinos que se celebran en Cataluña en general, y en la provincia de Tarragona en particular. El festejo tiene diversas variantes, algunas de ellas tan humanas o misericordiosas, como atar una bola de fuego a los pitones del toro.
La doble moral entra en juego, por qué uno sí y otro no se preguntan muchos.
Resulta verdaderamente paradójico y esclarecedor el analizar la situación, más si descubrimos que muchos de los políticos nacionalistas que votaron sí a la prohibición de las corridas, esta vez han votado no a la abolición de los correbous.
Alegan cuestiones tales como que esta práctica no es un negocio y las corridas tradicionales sí lo son (lo sea o no, el sufrimiento existe igual) y que no es comparable esta práctica porque el toro finalmente no es asesinado en el desarrollo del espectáculo. El hecho de intentar legitimar tales prácticas, no hace sino que todo este circo mediático sea si cabe más penoso.
Una vez más nos encontramos con la irresoluble disyuntiva de si se trata de una decisión meramente ideológica.

Llegados a este punto, uno llega a preguntarse si acto de tan flagrante hipocresía no persigue precisamente llamar a la atención de la opinión pública para anunciar que lo que buscan es huir de cualquier ligamiento con España.
Como digo, no sé si querrán transmitir esta sensación, pero lo que uno entiende al ver esta clase de noticias, es precisamente esto, una búsqueda continua de diferenciación, aunque para ello sea necesaria incurrir en la mentira, en la contradicción y en el cinismo.

Un buen tema Fernando. Yo si te digo la verdad no tengo tan claro que se deba prohibir las corridas de toros por decreto, sino a través de la razón que la gente se conciencie y vayan dejando de ir paulatinamente. Las tradiciones no se cargan a golpe de decreto. En todo caso te digo que para actos crueles aquellos que van dirigidos a animales que su fin es meramente cárnico, te recomiendo un documental buenísimo, nuestro pan de cada día. Al fin y al cabo el toro vive a cuerpo de rey y tiene una posibilidad mínima de defenderse. Yo de empezar antes lo haría primero con los animales a los que le hacen perrerías. Lo del toro incluso se podría celebrar un tipo de corrida donde el animal no muriera y no corriera la sangre, los encierros son tan antiguos como la humanidad, no sé, no es tan sencillo como hacer un decreto. Tienes toda la razón en cuanto a que se quieren desligar de todo lo español. Saludos y bienvenido

Guardia91 escribió:Resulta verdaderamente paradójico y esclarecedor el analizar la situación, más si descubrimos que muchos de los políticos nacionalistas que votaron sí a la prohibición de las corridas, esta vez han votado no a la abolición de los correbous.

En este caso creo que estamos todos de acuerdo, no se puede ser más hipócrita o más estúpido.

Respecto a si en el fondo de la abolición de los toros en cataluña lo que hay es una maniobra política de los nacionalistas pues posiblemente. Yo ya he expresado mi opinión al respecto en el blog, me alegro de que se hayan abolido las corridas, a pesar de todo.